29 de julio de 2011

Neva en mi cabeza

Llueve
un poco mas que ayer
en el rescoldo de mi pecho.

Escapa tu voz
en la cosquilla del beso donde te sueño.
Detengo tu latido
sostengo tu mirada
nada es mas claro entonces:
Te amo.

Siempre neva en mi cabeza
mientras el frío asoma su recuerdo
en medio de la tormenta incierta
me abrazo mas fuerte a tus palabras
alejo la sombra de mi cuerpo
cierro mis ojos
acurruco mi cuerpo
en el hueco oscuro de tu pecho
de donde no quiero despertar jamas.

27 de julio de 2011

El túnel

Pase del claro oscuro a la penumbra, con la certeza de que nada seria igual al otro lado.

Aun con el cielo cubierto de nubes, la temperatura era cada vez mayor y la humedad hacia insoportable la sensación de movimiento. Mi respiración era compacta, ligera pero sobre todo evanescente.

Di un pequeño paso asegurándome de no caer en un vacío inexistente, mi imaginación era cruel en momento como este. Decidí no pensar en el miedo que genera la incertidumbre y camine seguro hasta dejar de ver lo que había alrededor mio. Fije mis ojos en el punto de luz que estaba al final del camino y me encamine ajeno a todas aquellas sensaciones imperfectas a la luz.

Mis pasos resonaban en el vacío del túnel, estaba dejando atrás todo aquello que parecía infinito, estaba alejándome de la indiferencia y de la ignorancia, intentando sobrevivir al dolor de la soledad que el mundo decidió asignarme, apreté mi alma a mis rotos huesos, cerré mis ojos para olvidarme de todo aquello que había terminado por destruir el centro del universo que había construido durante treinta años y a ciegas llegue al final del túnel.

Cuando la luz envolvió mi cuerpo, desperté del ayer, renuncie al pasado, abrí mis ojos al cielo y el azul se desbordo en llanto.

Me aleje, decidí no mirar atrás, el presente ahora era para siempre y el futuro solo un paso mas que caminar sin temor ni sufrimiento.

18 de julio de 2011

Era el tiempo de todas las cosas

Era el tiempo de todas las cosas.

Lo era, pero no podías verlo.

Debajo de la costra de tus ojos puede aun existir la luz, tal vez aun debajo de la luz exista la oscuridad, pero eso ya no importa, de verdad que ya no vale la pena pensar en que todo volverá a caer sobre nosotros de nuevo ni la duda, ni el amor, ni la distancia, mucho menos el tiempo.

Corría sobre tu ojos. ¿Lo recuerdas? Corría intentando alcanzar para siempre esa idea tuya de romper el destino sin intentar siquiera predecir el futuro. Pero así eras tu, impredecible, indescriptible, pero sobre todo aun me amabas sobre la distancia, el silencio, la noche y el tiempo.

Las cosas pasan a vuelo de pájaro, un día el ave que nos sostenía perdió el rumbo y se estanco en un sueño profundo. Perdidos en medio de la noche comenzamos a dudar sobre el camino, te tome de la mano y podía sentir tu cabello envolviendo mis ojos, pero no te dije nada, simplemente pensé que a veces te había seguido tan lejos por el olor que desprende tu cuerpo pero tal vez era porque el calor de tus manos siempre me sabían a un dulce recuerdo. Cuando salió el sol, dormías en mi regazo, acariciaba tus sueños, te cantaba en silencio; abriste los ojos entonces me di cuenta de que no podías verme, te abracé a mi cuerpo frío y me dijiste que tal vez se nos había pasado el tiempo.

Un bala recorrió mi cerebro, una bala disparada por tus labios, que me hizo darme cuenta de que en tu mundo tus palabras tenían razón, mas sin embargo en mi pequeño universo yo quería seguir a tu lado, luchar contra tu incertidumbre, amarrarte a mi alma, llenarte de besos... entonces el miedo me congelo las manos, la lengua y el llanto se quedo a medio camino.

Sabia entonces que era el tiempo de todas las cosas era el presente, que no importaba el futuro ni el pasado, todo el tiempo que yo tenia era entonces y te deje partir.

Lo era, ¿no te dabas cuenta? pero no podías verlo. Sé que no podías.

Cuando las estaciones comenzaron a cuajarse en mi rostro una tarde de verano vi tu cabello bailar en la ciudad del beso, intente recordarte como hasta entonces, pero tu no podías verme. Seguí tus pasos hasta darme cuenta de que aun vagabas buscando algo que nunca habías perdido, seguías buscando algo que no existe, pero aun estaba yo con mi corazón lleno de escarcha deseando poder cantar de nuevo todas las cosas que no te dije.

Debajo de la costra de tus ojos puede aun existir la luz, tal vez aun debajo de la luz exista la oscuridad, pero eso ya no importa, de verdad ya no vale la pena pensar en que todo volverá a caer sobre nosotros de nuevo ni la duda, ni el amor, ni la distancia, mucho menos el tiempo.

El tiempo es ahora, justo ahora es el tiempo de todas las cosas.

17 de julio de 2011

Bob

Voy deslizándome entre las cuerdas
en el fluir de una voz que no es la mía
en la resonancia magnética
en el universo incorpóreo
en las puertas del cielo que a veces me parece tocar
en las cosas que humedecen mis ojos
simplemente me oscurezco
simplemente me alejo de la realidad.

He intentado iluminarme
he intentado despegarme de la soledad
he enterrado el arma y las balas
para no tener la tentación de matar.

Cuando la noche cae desde el cielo
los ojos se llenan de humo
el amor es una ilusión egoísta
cuando mi corazón palpita como torrente desbocado sobre el valle
en el trueno de la noche
en la sensación firme de aferrarme a mi voz
se que aun no es tiempo para las puertas del cielo tocar.

Me deslizo lentamente sobre el blues
en la sinergia de mis dedos sobre las cuerdas
en el sonido que flota sobre el viento
en el secreto de un poema sin razón
me alejo del cielo eterno
me abrazo al suelo con firme decisión.

16 de julio de 2011

Día imperfecto

En medio de un día imperfecto
no me queda ni el silencio ni la ausencia.

Todo simplemente desaparece
y las cosas nunca terminan por tener forma
todo simplemente se desvanece.

En el suspiro que duele
como espinas a los dedos
sospecho que estoy mas lejos de lo que espero
abriré el sol al viento
dejare el mar correr por el suelo
despejare la mesa
para sembrar ovejas con sombreros
cubriré la noche para escuchar tus sueños
desatare mi mente
para que escape tu mirada
para perderte
para entender que sobre ti existe un universo.

En medio de un día imperfecto
no hay silencio
no hay ausencia
no hay tiempo
simplemente mis pasos sobre el cielo
simplemente mis sueños empapados de recuerdo.

5 de julio de 2011

Loop




En el palpitar azul del sueño, la fragilidad del suelo parecía algo menos que improbable. Recordaba la falta de aire, el vacío y la soledad del infinito, la ansiedad premeditada del universo mas sin embargo el cuerpo parecía pegado al suelo, había una corriente de aire que silbaba alrededor, podía sentir incluso como la noche desaparecía mientras el olor del polvo inundaba la memoria.

Al girar la posición, el cielo parecía existir en los cielos violáceos, que figuran olvidos de un Dios ausente que jugaba a como soñarse dentro de si mismo y no despertarse jamás, un Dios que tenia un vacío incompleto en los dedos de escritor frustrado, un Dios que era el sol en un desierto sin tregua, un Dios que se sabia el viento sobre el océano que baña de brisa la costa.

Así estaba, tan terriblemente anacrónico y a la deriva en medio de un paisaje onírico, incapaz de desatar el grito necesario para despertar de la irrealidad que le rodeaba. Detenido para siempre en ese éxtasis de la sorpresa, de la duda y de la incertidumbre. Ahora todo era tan irreal. Y sin embargo el olor a hierba salpicaba sus pulmones y la luz comenzaba a diluirse lentamente entre sus dedos. La mirada vagaba lentamente en el infinito, ensimismado en el cielo, midiendo sus pasos en un valle de silencios que aun no podía reconocer pero que tanto le recordaban a eso que algunos llaman hogar.

En la resonancia de los recuerdos, la memoria parecía fluir sin destino fijo de un extremo a otro de la corteza del cerebro. En un segundo comprendió que el futuro era solo un sueño, era simplemente un proceso lento de diseño y construcción. Recordó entonces y para siempre el jardín en las montañas, el sol y las nubes del verano que solían venir del mar hacia ningún lado.

Era de nuevo ayer, mas sin embargo aun el miedo le invadía, esa sensación inexpugnable de permanecer en la soledad del universo, siendo testigo de una guerra que tarde o temprano habría de comenzar.

Pero lo olvidara de nuevo, como tantas veces el ciclo se ha repetido, olvidara que en el futuro será el único testigo del comienzo del principio de un final predestinado para siempre a repetirse sin llegar a su conclusión real.