27 de febrero de 2011

Vacuidad

En la vacuidad del silencio flota mi memoria, me deslizo lentamente en medio de la nada, vagando como un sol inerte en medio de un mar de materia oscura, mientras lejano de mis manos queda lo que alguna vez fue tangible para mi: el polvo, el mar, tus manos, tus ojos, el cielo, la fe y la esperanza.

En la soledad que transmite el espacio, es fácil olvidarse de todo lo que se es, es tan sencillo simplemente perderse, dejarse a la deriva, flotando en medio de la nada del universo hasta que el oxigeno se termine y dormir eternamente pensando que en la Tierra alguien pueda confundir el reflejo de mi traje espacial con una lejana estrella. Mi trabajo se vuelve difuso, es imposible concentrarse en algo cuando te sabes vulnerable, cuando te conoces frágil pero sobre todo cuando te reconoces humano.

Tuercas, tornillos, metales van y vienen en este puzzle gigantesco que flota alrededor de nuestro planeta. Una estación espacial antigua y un millón de cosas por terminar en una visita al universo desconocido donde flotamos y nos movemos con nuestro sistema solar, tan lejos de donde alguna vez comenzamos a girar para nunca detenernos.

Me distrae continuamente ver esa esfera azul que es al mismo tiempo tan familiar pero que vista desde lejos parece tan extraña, tan lejana, tan diferente. Es como un recuerdo inerte en medio del olvido, como un sabor infantil en medio del silencio del recuerdo, como el olor a nuevo, como la sensación a hogar que transmite la lluvia de abril.

Me desprendo un poco, vuelo lentamente en el espacio, envuelto en mi blanco disfraz intento nadar en el vació y termino sintiéndome un poco mas niño, sintiéndome un poco mas libre sabiéndome lejos de las leyes de la física, lejos de las leyes de la tierra.

Es tarde ya, debo concluir con mi labor espacial. Repaso los procedimientos, es tiempo de soldar lentamente el desperfecto y continuar en este viaje que simplemente acaba de comenzar dentro mi, nunca antes necesite estar solo hasta ahora cuando la necesidad de alguien es imposible de satisfacer y me recuerdo cuando niño me sentaba en las escaleras de la casa de mis padres, esperando que un milagro me salvara de mi desgracia, deseando que todo fuera un sueño, pensando que tal vez el dolor es un invento estúpido y que mañana despertare completamente nuevo. Observo como América lentamente se va oscureciendo y me doy cuenta de lo lejos que estoy ahora de todo aquello, no había nada que temer aquí arriba. Estaba solo en medio de un universo que nos ha negado la oportunidad de encontrar con quien sentirnos compañeros de un viaje que no sabemos como comenzó.

No puedo evitar llorar y antes de cerrar la escotilla miro hacia la oscuridad deforme del infinito y me parece ver como haces de luz aparecen justo frente a mi. Me sostengo fuerte de la escalera metálica, de pronto todo en lo que creí desapareció, tardo en reaccionar, permanezco petrificado frente a la aparición, reacciono y dudo un momento en que debo hacer y finalmente ingreso en la estación, pensando que tal vez no estamos tan solos como pensamos. Ahora estoy seguro de ello, cierro la compuerta esperando que todo sea un sueño, una visión absurda de la soledad.


20 de febrero de 2011

En la esquina del espejo

En la esquina del espejo
habita un recuerdo
desaparece en las noches
vuelve cuando ya no lo espero.

La estupidez diurna
el balcón de las noches
la calle de extraños
la luna no existe en mi cielo.

En el reflejo de mis pies metálicos
se deshacen los sueños
no existen los pasos firmes
(tampoco los ligeros).

Los días de verano
la silla de cuero
las manos vacías
el cuerpo medio vivo, medio muerto.

En el dolor de los años que fueron
se abren las grietas
de un rostro imperfecto
de una boca sin besos.

La cama tibia
el deseo obsoleto
las horas perdidas
la voz sin llanto
la mirada sin reflejo.

En la esquina del espejo
habita un recuerdo
desaparece en las noches
vuelve cuando ya no lo espero.

La estupidez nocturna
el balcón de las tardes
la calle vacía
el sol no existe en mi cielo.

Decisión

He decidido beber el veneno
la savia oscura de tu cuerpo
y el aura de fuego que te envuelve.

Perderme dentro de tu esencia
atarme a tus pensamientos
adherirme a tus recuerdos
palpitar en tu sangre y en tu silencio.

Lo he decidido.

Ser parte de tu alimento
vivir como tu sombra
fluir en la furia de tus palabras
existir como inmigrante en tus sentimientos.

He decidido beber el veneno
la savia oscura de tu cuerpo
y el aura de fuego que te envuelve
aun a riesgo de morir en tus manos
aun con el riesgo de morir en el intento.

16 de febrero de 2011

En la asonancia discordante de mis letras
solo estoy seguro de una cosa
que se es y punto.

En el reflejo frágil de los párpados
en la esperanza tierna que renace
en tus manos los besos desatados
todos caen
dispersos
sobre la tibia aurora del silencio trasnochado.

En la discordante asonancia de mis letras
cierto estoy de una sola cosa
que se es y punto.

En el abrazo incierto de las horas
en la fría vacuidad de la distancia
en tu mirada las palabras desatadas
siempre caen
dispersas
sobre el silencio fútil del recuerdo anhelado.

En la asonancia discordante de mis letras
solo sé una cosa:

Te amo.

15 de febrero de 2011

Guardare el eco

Entre azul claroscuro
se tienden los ojos sin tiempo
en la espera liquida

En el amanecer violento
de un silencio pétreo
caen solas las horas.

No existe la voz
tampoco la luz
mucho menos el entendimiento.

Entre breve medianoche
se apartan los dedos
sobre la pasión y el deseo.

Tantos años sin recuerdos
tantos huecos en el cuerpo.

Y si por acaso regresas
te guardare el eco
en la garganta de mis huesos.

13 de febrero de 2011

R Evolucion

El tiempo
distante entender causas
difícil encontrar efecto
en el trazo indeleble de tus pasos
nada pasa por si acaso
nada se crea ni se destruye
en el torrente infinito de la vida
cambia súbito el universo
siguiendo tal vez por fe
la razón primigenia del silencio
en un ciclo eterno
todo cambia eventualmente
incluso el tiempo.

Gravitan

Gravitan en mi memoria:

la ausencia,
el olvido,
el no me acuerdo...

Sé bien que duele mas el hubiera
que perder el eco de la voz
que nadar ciego en la mierda del futuro.

Flotan en mis ojos

el silencio,
la esperanza,
un te amo inocuo e imperecedero.

Sé bien que duele la perdida
pero las cosas no dichas, las cosas no hechas
son las que impregnan la memoria
son las que amarran los recuerdos.

Gravitan en mi memoria:

la ausencia,
el olvido,
el no me acuerdo...

Cosmonauta I

Lejos
con los ojos hacia la noche oscura que es el universo
en el tintinear ausente del metálico eco maquinario
sobre la aurora eterna de una estrella inconmensurable
flotando en las lejanías de un cielo inexistente
blanco en medio de la soledad estelar del universo.