21 de marzo de 2009

Pensaba que Tokio sería diferente

No puedo tener una peor fotografía.

Miro de nuevo mi imagen en el pasaporte, podría explicar las razones por las cuales ese día todo sucedió como no debería, dejando como recuerdo la peor foto de pasaporte.

Pensaba que Tokio sería diferente.

Todo es tan Hi-Tech que al final termino por liarme en esos extraños casos de ignorancia tecnológica de la cual no consigo escapar, claro deja de lado el idioma, esos símbolos que se leen de forma nada occidental y ni escrito en romanji me termino por enterar como es que se enciende el televisor.

Solo a mi se me ocurre comprar un bonsái. Pero cuado lo vi fue como trasladarme algún punto de mi infancia, algo así como un déjà vu. Había olvidado por completo esa imagen que durante un verano completo aparecía en la ventana de mi habitación en un sitio que no preciso identificar, pero era verano y era yo un niño.

Lo recuerdo en la cima de esa pequeña colina, justo en la cima, con su tronco perfectamente recto y sus ramas extendidas hacia el cielo. Muchas veces intente llegar hasta el, pero en realidad se encontraba demasiado lejos de la casa que mis padres rentaron para pasar el verano. Ahora que lo pienso, recuerdo también a mi madre leyéndome “El Principito” de Antoine de Saint-Exupéry... lo recuerdo bien y en el alma se me dibuja una sonrisa.

No sé porque extraña razón llame a ese árbol Baobab, pero siempre que veía por mi ventana ya fuera al amanecer, a mediodía, al atardecer, iluminado por la luna, o en las noches de tormenta, sabía que el siempre estaría ahí.

Es extraño como al ver ese pequeño bonsái en una pequeña calle de Kyoto, todo un mundo de cosas comenzaron a desgranarse desde el recuerdo hasta mis ojos. Ahí estaba Baobab, pequeño, solo, en medio de miles de otros pequeños árboles. No lo dude, aun faltaba una semana para regresar a Londres, pero no podía dejarlo en ese lugar.

Ahora esta aquí conmigo, esperando que no haya ningún problema para que me acompañe en este vuelo Tokio - Los Ángeles - Ámsterdam - Londres. Mientras los nervios de la espera me hacen ver una y otra vez esta horrible foto de mi pasaporte.

Pensaba que Tokio sería diferente.

Esto es increíble.

No puedo tener una peor fotografía.

6 comentarios:

  1. Pasa que no hay fotografia de pasaporte perfecta, no? casi todas son horribles. Animo, abrazo para los recuerdos, los baobabs, los vuelos que te faltan por tomar. De una manera u otra Tokio te sorprendio no? Ya lo recordaras todo con la misma sonrisa que le concedemos a las buenas memorias.
    Un abrazo

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  2. Anonimo:
    Así es... muchisimas palabras que a veces no alcanzan a mezclarse de forma perfecta, pero que estan.


    Copo:
    Sí, eso me han dicho, que la foto del pasaporte no tiende a ser la mejor. Y vale aclarar que esto es solo un debraye de mi mente llena de imaginación, con ligeros toques de mi realidad, nunca he estado en Tokio, pero seguro que voy a terminar bastante sorprendido cuando lo haga. Te mando un abrazo tambien.


    Bletisa:
    Gracias por los piropos, pero... ¿sabes? cuando pense en cerrar el blog (por muchas razones) y al darme cuenta de que nadie me comentaba, decidi que lo mejor era escribir para mi... así nacen estos textos y no sabes cuanto me alegro de que te los consideres buenos. Te mando muchisimos abrazos.


    Gracias a los tres por sus comentarios.

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  3. Hey, gracias por la aclaracion! buenisima la ficcion entonces! Te sigo la pista y...mas abrazos!!
    ps. Gracias por pasar a visitarme

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  4. Copo:

    Gracias por pasar de vuelta, si es ficcion casi todo lo que ves en este blog, finalmente de algo que uno siente se escribe, se proyecta un poco, a veces son solo déjà vu's, sueños, o malas interpretaciones.

    Te mando un abrazo!

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