24 de diciembre de 2008

Esperanza

Sara pensaba en la familia que lejos se quedaron. Caminó a la recámara, abrió el closet y buscó dentro hasta encontrar esos pequeños restos de lo que era. Ahí estaba esa tela absurda, ahora, y al sentir su textura recordó cuanto añoraba caminar en los jardines de Shiraz, en sentir el calor del verano mientras veía la tarde pasar desde cualquier ventana.

Se puso la burka y sintió esa especie de transición hacia el pasado, sonrió un poco, miro sus ojos frente al espejo de la recámara, una lágrima corrió por su rostro. Recordó tantas cosas y terminó por quitarse la burka y para siempre la condeno en el fondo del cesto de basura.

Afuera hacía frío, del invierno en Londres no se podía esperar otra cosa. Tareq había salido a solucionar problemas en el embarque de la mercancía. Un día más encerrada en el remodelado complejo de modernas casas de la Western High Hill un nombre absurdo para un lugar tan plano. Recordó el primer invierno fuera de Shiraz, fuera de su mundo, habían cumplido seis meses de haberse casado y dos meses de haber llegado a Londres gracias al éxito de las industrias de su suegro.

- ¿Valdrán la pena tantos recuerdos? - Pensó y tomó el abrigo para dirigirse a ninguna parte, revisó llevar el móvil por cualquier cosa. Su paso era lento, miles de cosas se movían en su mente.

Cuando paso por el orfanato St. Joseph se dio cuenta de que la noche había caído ya, se despejo y vio el móvil para verificar la hora, un poco mas de las diecinueve horas. Miro el umbral de la entrada y escucho unas voces que cantaban, ingresó siguiendo esos infantiles coros, vio entonces un escenario donde los pequeños cantores se encontraban y vio filas de hileras con adultos que hacían de audiencia. Se sentó en una de las sillas vacías de la ultima fila del lado derecho. Cuando los chicos terminaron de cantar les aplaudió de forma tímida acompañando al resto de los invitados. Escucho que a continuación se presentaría la pastorela que cada año el orfanato presenta a sus benefactores.

Nunca había visto la representación de ese personaje que tan extraño le parecía, tan ajeno a ella, Jesús... pero había algo en esos pequeños abandonados que la hicieron meterse en el nacimiento de ese personaje. A pesar de tener seis años de casada, aun no tenían un hijo, Tareq no consideraba adecuado tener un hijo británico, cuando estuvieran en Pakistán con su familia lo harían, ella esperaba que su hijo no tuviera nada que ver con el oriente, no ahora que había cambiado tanto, cuando había decidido cosas que la hacían imposible de volver al pasado.

Una súbita oscuridad la trajo de vuelta al presente, se dejo llevar por las palabras de los niños, por la fe que desbordaban, sonrió al ver como el bien vencía el mal y recordó que esa lucha es exactamente la misma en cualquier religión del mundo; ella apostaba siempre por el bien.

Esperaba muchas cosas del mundo, de la vida, guardaba en su pecho una sensación que nació mucho antes que ella, esa inquebrantable fuerza que siempre le decía que todo es posible cuando se tiene fe en las cosas, guardaba viva esa llama que la hacia despertar día a día y esperaba con calma que un día sus sueños se convirtieran en realidad.

Aplaudió a los chicos cuando estos concluyeron la pastorela, entonces sonó el móvil, era Tareq que la esperaba en casa. Fue la primera en salir del orfanato y en la calle había comenzado a nevar.





Heaven's Table

1 comentario:

  1. ...and then.. WAF!
    jajajaja feliz navidad bis! un abrazo
    Benn!

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