27 de noviembre de 2011

Si pudieras verme



A veces, el futuro me produce una extraña sensación de incertidumbre... de miedo. Uno no sabe lo que vendrá mañana ni tampoco si tendremos la fuerza para enfrentarlo, aunque he aprendido a sonreír en la oscuridad, no sé si mañana cuando todo el mundo desaparezca pueda estar en pie y recordarte bien.

La vida ha cambiado tanto, he descubierto una vez mas que la soledad no es algo que pueda alterarme, pero también descubrí que me haces mucha falta aun cuando las diferencias entre nosotros creen un abismo ligero que tan solo con un paso podemos cruzarlo.

El día se pasa, llega otro, todo parece irse ajustando a la nueva realidad, excepto que me faltas tu y temo que tu presencia siempre sea un hueco difícil de llenar. Sabes que podría hacer todo lo que este en mis manos por hacerte feliz pero a veces no puedo y me quedo en el intento. Y sin embargo tu también lo pasas mal. Nadie pediría esto, castigo o prueba, uno nunca podrá saberlo, lo que único que sabemos es que aquí esta el mal y nos esta carcomiendo por dentro.

En las sombras de las horas grises, a veces solo deseo que el tiempo cambiara y pudiera todo ser como antes, estacionarlo de pronto en una fecha especifica y vivir para siempre en el mismo día, tratar de ser felices todos los días aun cuando sepamos que es lo que va a ocurrir e inventar cada vez algo nuevo y diferente para que el tiempo estacionado no dañe nuestra memoria y no altere nuestros recuerdos. Pero eso es imposible, a veces mi imaginación vuela demasiado.

Si pudieras saber todo lo que he hecho para hacer de estos días grandes y luminosos, de permanecer al margen de todo y sonreírte, pensando que tal vez así son mejor las cosas. Estando a tu lado, dándote la mano, llevando tus medicinas, preparando la cena, cuidando a los niños, trabajando con la esperanza de poderte dar todo lo que ocupes y nada te haga falta... lo único seguro es que siempre estaré para ti, incondicionalmente.

Otro domingo que se va, mientras escucho el transitar común de la avenida, mientras las voces se difuminan en el aire del ventilador, mientras intento alejar el frío de mis pies y procuro no llorar sobre el teclado.

A lo lejos siempre habré de pensarte, aun cuando haya cosas mas importantes que atender. Y es que las cosas que he aprendido de ti son las que me mantienen despierto, esperando escucharte y saber que siempre hay buenas noticias.

A punto de terminar sonrío, con las cosas simples que pasan alrededor y después de reír termino pensando que la luz nunca esta demasiado oculta de nuestros ojos, solo que simplemente no queremos verla ni dejarnos atender por su gracia lumínica que evapora las lágrimas y permite ver el mundo con otro color.

No daré nada por hecho.

Te amo.

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