He pasado de largo tal vez. En este sueño lejano, he conseguido únicamente dormir por un periodo extrañamente para mi breve pero para el resto del mundo ha sido increíblemente largo, despierto, miro alrededor, el tiempo parece ser cosa sutil pero sobre todo voluble, cambiante, inestable, aunque más que eso ha adquirido al parecer la facilidad de olvidarse... todo el tiempo eventualmente parece tener ese don de olvidarse.
Mi cerebro poco a poco comienza a despertar, a comprender todo lo que los médicos me indican, parece que tienen prisa por dejarme salir. Camino despacio tratando de encontrar en las calles un rostro conocido. Mis piernas se tambalean un poco. Todo parece desierto. Lentamente comienzo a entender lo que ha sucedido en la ciudad.
La avenida principal se encuentra vacía, los grandes almacenes están cubiertos de polvo, hay letreros de cerrado por todos lados, nada parece sobrevivir al inevitable poder de la historia.
Cierro los ojos, trato de recordar como lucia esta calle cuando todo era luz de neón, bytes, poesía, borracheras, cielos de luna llena... ahora es un páramo inhóspito, cubierto de carteles descoloridos por el sol, las esquinas se encuentra llenas de papeles arrugados, mojados y vueltos a secar por tantos días de abandono a la intemperie.
Nada es como antes.
Llego finalmente a sitios conocidos, han sobrevivido al tiempo, mantienen intacto su brillo, se han resistido al sepia profundo que embarga la ciudad. Entro como siempre a ver, a mirar, a observar, tantas cosas nuevas, tanta luz, tantas cosas que fluyen en el multiverso dimensional que se crea cuando se imaginan mundos paralelos producto de una serie interminables lineas hechas por símbolos pequeños que hilvanan palabras y que reunidos conforman una serie de viajes emocionales indescriptibles.
La tarde comienza a desfallecer, a lo lejos las alarmas anuncia el toque de queda. No tengo a donde ir, el hospital me da dado de alta, además mi espacio ahí de seguro ya ha sido ocupado.
Me paseo ligero por las calles que lograron sobrevivir a mi sueño comatoso, mientras tanto, intento recordar cual es el camino mas seguro para llegar a casa, espero que aun exista.
Un viento frío comienza a golpearme el rostro, entonces el pasado comienza a pesarme en los ojos.
Maldito virus, maldita guerra.
¡Maldición! Alguna vez soñé algo así. Me daba algo de miedo, pero ahora me alegra recordarlo por algo que escribió alguien que no soy yo. Muy bien. Feliz inicio de semana.
ResponderEliminarQuerido Bismark,
ResponderEliminarAngustiante y devastador tu relato. Ojalá el personaje haya encontrado el lugar de vuelta a casa...ojalá que haya encontrado casa.
Me despido dejandote un abrazo y disfrutando mucho y como siempre tus letras
ouch!
ResponderEliminarmi resultado: piel de gallina!
si mal no recuerdo, la imaginacion tambien me jugo de esa forma en algun momento de mi vida, si recordaras un programa ya viejo viejo llamado "la dimension desconocida", me quedo marcado, muy marcado un capitulo en donde pasaba algo parecido a este post.. y recuerdo que me dio muchisimo miedo, ese miedo que a tu corta edad no puedes comprender, pero lo sientes.
bien! saludos!
benn!
Una pesadilla con final que espero sea feliz.
ResponderEliminarUn beso.