16 de octubre de 2020

20:20

 Era tarde

como siempre.

 

Había un sueño

frágil

lleno de plumas

un poco azul.


Tras la luz

en el frio

lagrimas ciegas caían.

 

Entre los dedos

hilos bermejos

corrían

un sol vespertino

crecía en el suelo.


En la aurora

ya era tarde.


Había un sueño

muerto

vacío y rígido

sin rastro de luz.


Tras la luz

en la hora veinte

solo el viento corría.


Entre los dedos

letras absurdas

caían

palabras ígneas

marcaban el suelo.


En la aurora

ya había terminado.


No tenia sueño

ni aliento

ciego frente al sol

arranco sus dedos.