30 de octubre de 2008

Tal vez

Tal vez te deba unas palabras...

Eso fue lo último que mis labios dijeron antes de cerrar el tiempo de nosotros para siempre. Ya no habrá desde entonces mas nada. Caminos separados por un destino que siempre supimos certero, pero que jamas tomamos en cuenta en nuestros planes: La muerte.

Extraños conocidos. Sí, tal cual solías decirlo; hoy me dueles como un frío en el pecho, como la ausencia de algo, de algo aun mas grande, y temo decirte que te extraño, sin tener razones aparentes para ello... te extraño por sobre todas las cosas que se creaban entre nosotros y que ahora ya no existen, que a partir de ahora empezaran a morir, tal como tu lo has hecho. Y eso me duele. Que mas da el mañana, sin tu voz en mi cabeza dando vueltas, sin tus ojos sobre mis manos huecas... que mas da el mañana, si el día de hoy no me puedes decir adiós.

No soy bueno con las despedidas... alguna vez me lo dijiste, pero nunca pensé que seria yo quien fuera quedarme sin ti, sin tus palabras en el aire y sin todas estas cosas que los universos paralelos nos ofrecían... ahora todo parece tan extraño, tan confuso, tan estúpidamente irreal. Pero es tan palpable como la tierra que mi puño aprieta, como el nudo en la garganta que no me deja respirar, como el frío que escapa de mi aliento cada vez que pienso en ti.

La muerte. ¿Qué mas da si estamos muriendo cada día? Si acaso en otro tiempo los giros de la vida me hubieran puesto a mi adentro de esa caja, que de a poco se cubre de tierra. Nada es para siempre, pero aun conservaba la esperanza, cosa que a veces no sirve para nada, solo para sobrevivir.

Tal vez no sirve de nada viajar en el tiempo con el recuerdo, cuando todo lo bueno de ti se mantendrá vivo en mi memoria siempre, si de noche una extraña luz enciende el halo de tu nombre, sabré que me recuerdas tu también y en mi alma nacerá una sonrisa por ti.

Y mientras mi mano deja caer el último puño de tierra, mi legado para ti, el flash back de todas las cosas se cierne en mis ojos justo cuando una lágrima cae sobre tu ataúd y se pierde para siempre junto contigo, con esa rabia de la perdida, con esa sensación de extrañar algo indefinido, con el shock de que los finales felices no existen, al menos no en esta ocasión.

Mientras tanto la luz cede a un tono hepático, y me pierdo entonces en mis pensamientos.

Tal vez te deba unas palabras...

Vertical Horizon - Give You Back

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